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Artículos

Sección: Honduras
Publicado: Febrero 2008

Situación General del Acceso a Tratamiento Antirretroviral en Honduras

Por Lídice López Tocón

Agosto 2008

Honduras, después de Belice, es el país con la más alta prevalencia en VIH de Centro América. Según el reporte de ONUSIDA para el 2007, alrededor de 60 mil personas viven con VIH y Sida (PVVS) en ese país, de ellas, 9090 necesitan recibir tratamiento antirretroviral, según estimaciones del Departamento de ITS y VIH de la Secretaría de Salud de Honduras, y solo 5800 (63%) lo reciben actualmente. Otras estimaciones señalan que las personas en tratamiento sólo representan el 48% de las que lo requieren (12 000).

Si bien en los últimos años, el número de personas en tratamiento antirretroviral (TARV) ha incrementado rápidamente gracias al apoyo financiero de El Fondo Mundial de Lucha contra el Sida, la tuberculosis y la malaria (FM); la brecha del acceso aún persiste.

A continuación describimos algunos aspectos que constituyen fuertes barreras para alcanzar la universalización del TARV:

Limitada Descentralización de la atención

Gracias al apoyo del FM, Honduras cuenta en la actualidad con veintitrés Centros de Atención Integral (CAI) en VIH; estos centros se ubican principalmente en las zonas urbanas, lo cual significa una gran barrera para las personas que viven con VIH de las áreas rurales.

La limitada descentralización de los recursos de salud restringe el acceso a tratamiento antirretroviral, ya que para ello las PVVS deben incurrir en gastos de transporte para trasladarse hasta un CAI cercano, además de la alimentación y alojamiento; si no cuentan con los recursos suficientes, deberán esperar la muerte en sus comunidades.

Honduras fue calificada para el Canal de Financiamiento Continuado (RCC por sus siglas en inglés) del FM, esto le permitirá continuar por seis años más el proyecto iniciado el año 2002 y ampliar la cobertura a más PVVS que requieren de urgente atención. En estos años siguientes, se debe priorizar entonces la atención de las áreas urbano-marginales y rurales, de tal manera que la distancia al CAI no signifique una barrera significativa para acceder a TARV.

Cuotas de Recuperación

En muchos países de la Latino América, los cobros directos a los usuarios por la atención médica o la provisión de medicamentos fueron impuestos hace varias décadas para “aliviar” el gasto público. Sin embargo, aunque el alivio para el Estado es poco significativo, la “angustia” para las PVVS es bastante importante. En Honduras el pago que se solicita a los usuarios recibe el nombre de “cuota de recuperación”, y se ubica entre 20 y 1000 lempiras (US$ 1 y US$ 50), de acuerdo a la evaluación que haga la asistenta social respecto de la situación socio - económica de la PVVS que requiere la provisión de los medicamentos. Esta cuota debe ser pagada antes de recibir los medicamentos y no es devuelta en caso la responsable de farmacia indique que no hay stock de los mismos.

El cobro de la “cuota de recuperación” fue denunciado el año pasado por varios usuarios y usuarias y esta denuncia fue hecha pública por Agua Buena, por ello se logró que el Departamento de ITS, prohibiera el cobro de la misma. Sin embargo, la prohibición no se ha cumplido y por el contrario, cuando un usuario o usuaria llega por su provisión de medicamentos y no cuenta con el dinero de la “cuota de recuperación”, se le advierte que para la próxima vez deberá pagar “dos cuotas” o no se le entregará el tratamiento.

Estos cobros ponen en riesgo la vida de usuarios y usuarias, ya que muchos no regresan al establecimiento de salud porque no cuentan con el dinero necesario o temen que se les reprenda por no llevarlo.

Calidad de Atención

Miembros del equipo de ASONAPSIDAH, quienes realizan visitas domiciliarias a las PVVS que se encuentran en tratamiento, señalaron que en ocasiones les resulta muy difícil convencerlas para que vuelvan al establecimiento de salud: “los usuarios no quieren volver al hospital porque se sintieron maltratados”, señalan.

Otras mujeres entrevistadas, señalaron a Agua Buena: “el doctor ni siquiera voltea a minarnos y solo nos da la receta”. Las usuarias perciben la atención como mala y negligente y explican que esto se debe a la cantidad de pacientes que atienden al día en el hospital Catarino Rivas de la ciudad de San Pedro Sula -ciudad agro industrial ubicada a 250 km de la capital. Esta situación difiere de lo expresado por una usuaria del Hospital de Puerto Cortés –ciudad de la costa caribeña de Honduras-, donde, según señala, el médico les examina detenidamente en el día de la cita .

El Departamento de ITS argumenta que, si bien el Hospital de San Pedro Sula recibe a una fuerte cantidad de usuarios y usuarias, se han asignado cinco médicos para la atención ambulatoria, uno de ellos especialista en infectología, que atiende los casos complejos y da seguimiento a las PVVS que se encuentran hospitalizadas; pero al parecer esta asignación de personal no es suficiente para dar seguimiento a todas las PVVS que acuden a dicho hospital.

Otro factor que contribuye a esta percepción de la atención como mala o deficiente, por parte de las PVVS, es la periodicidad con la que acuden a sus citas. Debido al número de usuarios que se encuentran en tratamiento, éstas acuden solo una vez cada tres meses para su seguimiento.

Limitado Acceso a Pruebas de Monitoreo (Conteo de CD4 y Carga Viral)

Según el protocolo aprobado por la Secretaría de Salud de Honduras, el tratamiento antirretroviral se debe iniciar cuando el conteo de linfocitos CD4 se ubique por debajo de las 200 unidades por ml de sangre y la carga viral se encuentre por encima de las 50 mil copias. Si bien las pruebas de CD4 se realizaban comúnmente de acuerdo al protocolo de atención, en la actualidad el Departamento de ITS atraviesa una fuerte crisis en cuanto a aprovisionamiento de reactivos para la realización de las mismas. Esto se hizo evidente hace varios meses cuando algunos usuarios de San Pedro Sula empezaron a ser derivados a la Fundación Llaves para que ésta financiara la prueba en un laboratorio privado. Afortunadamente la Fundación ha podido ayudar a los casos más urgentes, sin embargo la situación de desabastecimientos aún no ha sido resuelta de manera permanente.

Situación similar, aunque más crítica, atraviesan las pruebas de Carga Viral (CV) debido a las limitaciones de presupuesto y los altos precios de los reactivos necesarios para realizar las pruebas de Carga Viral –Honduras debe pagar US$45 por prueba cuando otros países las adquieren a US$28-, estas no se han podido realizar a todas las PVVS, ni siquiera a todas las que se encuentran en tratamiento desde hace varios años, como señala un joven de 23 años quien se encuentra en tratamiento desde hace 2 y nunca le han realizado una prueba de CV.

La escasez de pruebas de CD4 y CV retrazan el inicio del tratamiento antirretroviral, así como el cambio de terapia, ya que estos se realizan de acuerdo al seguimiento clínico, es decir, los y las médicos deben esperar hasta que la PVVS presente una infección asociada al SIDA para iniciar o modificar el esquema de tratamiento, lo cual implica un mayor deterioro de su salud y una recuperación posterior más prolongada y potencialmente menos exitosa.

En la actualidad, la Secretaría de Salud y el Receptor Principal de los recursos del Proyecto financiado por el FM están negociando mejores precios y proveedores alternativos para las pruebas de Carga Viral y CD4, de tal manera que el limitado presupuesto con el que cuentan pueda abastecer a toda la población.

Estigma, Discriminación y Limitada atención en otros servicios

Los usuarios y las usuarias de los distintos establecimientos de Salud (San Pedro Sula y Tegucigalpa) se expresan “agradecidos” de la existencia de la atención en VIH, aunque inmediatamente hacen comentarios que revelan el descontento con la calidad de la misma.

Al hablar de la atención en otros servicios, sin embargo, las expresiones son aún más duras y criticas. Algunos usuarios del Hospital Catarino Rivas de San Pedro Sula señalaron que el servicio de Emergencia se niega a atenderlos cuando indican su estado VIH positivo; inmediatamente son derivados al Centro de Atención Integral (CAI). Una señora de 35 años describió su caso, el cual ilustra muy bien esta situación: al sentir un fuerte cansancio sin explicación, acudió a las 11 de la noche al Servicio de Emergencia del hospital, al llegar, ella reveló su diagnóstico esperando que éste fuera tomado en cuenta si se le daba alguna prescripción; sin embargo, en el servicio le dijeron que “si es del CAI, entonces que la atiendan en el CAI”; a pesar de que la mujer exigió que se le atendiera, la atención le fue negada y tuvo que esperar en la banca del servicio de Emergencia a que amaneciera para poder recibir atención en el CAI y ser evaluada.

Usuarias del mismo hospital reclaman que en los servicios de ginecológica tampoco son atendidas: “nos dan una cita, pero nos hacen esperar y nos dejan de último, y luego nos dicen que ya es muy tarde y que volvamos otro día; lo hacen para cansarnos”, señaló una miembro de la Red de Mujeres. Algunas personas que tienen recursos para acudir a Programas de ayuda Social que operan en la ciudad bajo un cobro simbólico al paciente, desisten de la búsqueda de atención en el Hospital Público.

En una reunión con el grupo de ayuda del Hospital El Torax de Tegucigalpa, tres usuarios señalaron que en el Servicio de Otorrinolaringología se les había negado una operación por carecer de las instalaciones necesarias: “Tienen que esperar que se construya una sala de operaciones para ustedes, si no, van a contaminar el quirófano” fue la respuesta que recibieron.

Sea una sala especializada, camillas especiales, instrumental especial o descartable, todos estos argumentos pueden agruparse con un solo término: discriminación

El Departamento de ITS señala que se está haciendo todo lo posible por sensibilizar y capacitar a los diversos servicios de los hospitales a nivel nacional, pero no les ha sido posible alcanzar a todos. Por otro lado, planea integrar los servicios básicos de ginecología y otras especialidades al CAI. Esta última decisión deja muchos cuestionamientos en el terreno: ¿Se cuenta con recursos para implementar esta decisión? ¿Es sostenible? ¿No estaremos reforzando la discriminación hacia las personas que viven con VIH?

Débil Sistema de Salud

La creación del Programa que brinda atención en salud y tratamiento antirretroviral para las personas que viven con VIH ha puesto en evidencia la debilidad del Sistema Salud en muchos países del Mundo, y Honduras no es la excepción. Ya que la implementación debía ser acelerada y de acuerdo a los plazos del proyecto aprobado por el FM, ésta se dio de manera vertical y limitó el fortalecimiento del sector Salud como un todo, como lo señalan algunos actores.

Luego de haber ejecutado el proyecto por casi seis años y haber alcanzado cerca del 50% de PVV en necesidad de tratamiento, la necesidad de fortalecer la infraestructura hospitalaria, los equipos de laboratorio locales y métodos diagnósticos y capacitar al persona en general, tanto en manejo de infecciones relacionadas al SIDA como en atención en general, es evidente. Sin embargo, el programa de atención en VIH continúa funcionando de forma separada del resto del Sistema de Salud y sin contribuir al fortalecimiento del mismo.

A manera de Recomendaciones

De acuerdo a lo discutido anteriormente nos atrevemos a esbozar algunas recomendaciones para fortalecer el Programa de Provisión de TARV y a la vez alcanzar el Acceso Universal en Honduras, de tal manera que puedan evitarse las miles de muertes que suceden anualmente a causa del SIDA:

· Aprovechando los recursos de la Tercera Fase del Proyecto financiado por el FM, Honduras debe acelerar el proceso de descentralización, priorizando las áreas de mayor prevalencia e incidencia, y cubriendo las zonas rurales que son, generalmente, las más pobres.

· De manera definitiva y permanente, deben ser eliminados todos los cobros relacionados a la atención y provisión de medicamentos, ya que estos llegan a duplicarse y hasta triplicarse, cuando el usuario o la usuaria requiere otros medicamentos distintos de los antirretrovirales. La “cuota de recuperación” como hemos señalado anteriormente, representa una enorme barrera para el acceso a TARV.

· La Secretaría de Salud debe establecer un plan a corto, mediano y largo plazo, que le permita asimilar a los prestadores de salud cuyos salarios son financiados por el proyecto del FM. Asimismo, se debe ampliar la sensibilización y capacitación del personal a todo nivel, de tal manera que se garantice una atención amigable y de calidad, y permita un adecuado seguimiento a las personas en tratamiento, eliminando todo tipo de maltrato y discriminación.

· Finalmente, tanto la Secretaría de Salud a través del Departamento de ITS y VIH, así como el Receptor Principal, deben iniciar procesos de negociación con los proveedores de medicamentos e insumos, de tal manera que una reducción significativa de los costos permita ampliar la atención y la provisión de medicamentos en camino hacia el acceso universal.

Lídice López Tocón
Agua Buena Pro Defensa de los Derechos Humanos
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