Agua Buena
Asociación de
Derechos Humanos

San José Costa Rica
Teléfonos: (506) 2280-3548
P.O.Box: 366-2200 Coronado

Necesitas un lugar donde quedarte 
en San José?

Tenemos habitaciones para alquiler, más información aquí.


Patrocina:

 

Artículos

Sección: Regional
Publicado: Junio 2003

Mujer y VIH/SIDA
¿Y mis hijos (as)…?

“Necesitamos luchar contra la discriminación a una sola voz…
Insto a las demás mujeres a que escriban sobre sus experiencias”

Prudente Mabele

Hablar de mujer y VIH/SIDA, es un tema que me apasiona, pero hablar de este tema asociado con las y los hijos lo es mucho más. Tiene que ver no solo con mi condición de mujer que trabaja con este tema, sino también de mi condición de ser madre.

El VIH/SIDA es una enfermedad que si bien es cierto, de igual modo afecta a hombres y mujeres, existe distinción sexual respecto a las mujeres, pues ya sean los síntomas particulares o los efectos secundarios producidos por los medicamentos, hay claras diferencias de género y no sólo las registradas en áreas concretas de la salud sexual y reproductiva de las mujeres, como las complicaciones ginecológicas, intervienen además fuerzas económicas, sociales y culturales muy fuertes.

No necesariamente se tiene que haber mantenido una evidente o notoria promiscuidad sexual para adquirir el VIH. Muchas mujeres son afectadas a través de su única pareja. Según Montserrat Pineda, trabajadora social de una ONG de Barcelona España, “las relaciones sexuales implican entrar en contacto con el historial sexual de nuestra pareja. No sólo practicamos el sexo con nuestro compañero, sino con las parejas que él tuvo” Quizá por eso nos sea casual que de las 40 millones de personas que vivían en con VIH en el mundo entero, 18,5 millones fueron mujeres (46%) (Finales 2001). (Fuente: Informe Mundial sobre la epidemia de VIH/SIDA, ONUSIDA, 2002)

Para una mujer, el solo descubrimiento de tener VIH se transforma en un descalabro psicológico tremendo, pero además se apodera de ellas la culpa, y se preguntan “qué hecho yo para que me pase esto; yo no lo merezco, qué no le he dado a mi compañero para que se vaya con otras; cómo he podido ser tan tonta como para no utilizar condón”.

La mayoría de estudios alrededor de las mujeres se concentran en cifras. Por ejemplo las cifras oficiales de Nicaragua no dicen mucho, pues reflejan que el menos del 25% del total son mujeres, las cifras mundiales aunque son mucho más altas, tampoco dimensionan la magnitud de las circunstancias que atraviesan las mujeres en relación con el VIH y con la tarea de ser madres.

Como habrán observado en los párrafos anteriores describí un contexto muy general sobre las mujeres y el VIH/SIDA, pero decidí que para continuar escribiendo al respecto, tenía que establecer contacto con mujeres que vivían con VIH y que a la vez fueran madres…, también evoqué recuerdos de las experiencias que he mantenido con ellas en particular. Así lo hice, y tengo que confesar que la tarea fue además de muy positiva, increíble… pues tuve la oportunidad de establecer un diálogo abierto y franco con mujeres llenas de paz, gozo y ganas de ser ellas mismas… y mis recuerdos con ellas brotaron como caudales de agua…

Iniciaré hablando de Rosa, pues su vivencia es muy particular… Es una mujer joven, hondureña, bonita, llena de vida y esperanzas… Al igual que muchas, su vida navegaba de manera normal con los altibajos usuales. Casada, con una hija recién nacida y con grandes ganas de superación. Un día lo inesperado llegó, su niña de tan solo cinco meses se enfermó de gravedad… “me sentía desesperada, no sabía que hacer, lloraba, pedía a Dios… pero la calma no me llegaba…” En esos días de desolación en el hospital, un médico le dijo que tenían que hacerle la prueba del “SIDA” a la niña. Nunca le dieron una consejería, una explicación sencilla de todo lo relacionado con la prueba, solo el crudo veredicto… “yo no podía creer lo que me estaban diciendo, de dónde se le podía ocurrir que mi hija, mi bebé, mi tesoro podía tener eso?…” fueron días muy difíciles y negros para ella…

El resultado llegó… salió positivo… tampoco hubo pos-consejería, solo las frías palabras de un laboratorista… En medio del caos que procedió a la noticia, le informan que ella y su esposo también debían practicarse la prueba. “yo me quedé como zombi, miraba a mi esposo sin mirarlo, el terror se apoderó de mi, que estaba ocurriendo?, el mundo se estaba volviendo loco, yo me casé virgen, nunca había tenido otra pareja que mi marido…” Ella y su esposo se hicieron la prueba, y al igual que los resultados de su hija; también fue positivo. “lo único que se me ocurrió hacer fue correr al baño a llorar y llorar hasta que me quedé sin fuerzas”

Después de toda la negación y rechazo a su situación, después de una clara mejoría de la salud de su hija, después de la aceptación de su condición de mujer que vive con VIH, inició el camino de su metamorfosis. Desde ese día se dedica con toda la energía y tesón posibles a reivindicar los derechos humanos de las personas que al igual que ella y sus dos seres más queridos viven con VIH. “pensé, no soy responsable de lo que estoy viviendo, no es pecado, por qué tengo que esconderme?, por eso decidí dar la cara y decir públicamente con la frente en alto, si! soy Rosa una mujer que vive con VIH.

Ha vivido momentos muy difíciles, sobre todo al pensar en su hija, quien hasta ahora ha disfrutado una niñez “casi” como cualquier otra, bueno; nunca ha podido disfrutar jugar en la lluvia, pues mojarse puede ser terrible en su caso, pero se trata de que disfrute siempre con lo que se pueda. A los 4 años inició su preescolar, donde tuvo la experiencia de disfrutar y compartir con otros niños y niñas de su edad. Cuando llegó la época de la escuela su mamá y su papá quisieron que ingresara a una escuela más grande, con mejores opciones educativas, pero no fue posible, ya que la junta de profesores (as) dividió su voto y la mayoría consideró que no era recomendable que una niña en su “estado”, asistiera a ese Centro Educativo. Fue duro…”me sentí tan mal…asqueada, tanto prejuicio, tanta ignorancia… y pensar que según las leyes mi hija tenía derecho al estudio…Sin embargo no quisimos hacer nada legal contra el colegio, para que la niña no saliera más afectada y lastimada”

Rosa ha tenido de todo, pero sobre todo fortaleza. Hoy por hoy es una madre plena y llena de esperanza, ella y su hija se nutren mutuamente. Día a día promueve y defiende los derechos de otras personas que como ella, su hija y su esposo no quieren ser pisoteados a causas de los prejuicios, los mitos, los tabúes y los miedos… Sigue adelante con una sonrisa que la hace muy especial, la hace ella misma: Rosa la mujer, la madre, la esposa, la líder nata… ella, simplemente ella!

María es otra de las mujeres que ha compartido conmigo su experiencia. Desde el primer instante en que la conocí, me dije, ella tiene mucho que dar… es increíble!, no encuentro otra palabra para describirla. Golpeó mi puerta del hotel, me dijo: - Hola, soy María, vivo con VIH, soy de Costa Rica y me toca compartir esta habitación con usted.- A partir de ahí hemos podido ir entrelazando los hilos que tejen eso que llamamos amistad.

Su historia podríamos decir que es común, pero nunca corriente… nunca corriente si hablamos de la transformación que ocurre en las vidas de las personas cuando el VIH llega. Ella tenía un compañero que amaba, de pronto se puso muy mal, de gravedad… “me decía que pasa, el siempre ha sido muy sano…” Casi inmediatamente les dieron el resultado VIH+, fue fulminante… en menos de dos semanas falleció. Después de los alocados días de preparativos y entierro, ella se practicó la prueba… “aunque sospechaba que yo podía tener el VIH ya que no me había protegido, me daba terror enfrentar la realidad, que le diría a mis hijos, como lo tomarían…” Los resultados fueron positivos como ella presentía… ahora seguía la tarea más dolorosa, hablar con sus hijos, 3 adolescentes, que no sabían que la pareja de su mamá había muerto a causa del SIDA.

Ella refiere “respiré profundo y los llamé a mi cuarto, no se de donde tomé valor y les dije: tengo VIH!, la respuesta de ellos nunca la hubiera imaginado. Se me tiraron encima llorando, me abrazaban, me decían te queremos mucho, te apoyaremos en todo. Las preguntas brotaron ¿mami te irás muy pronto?…. Creo que lloramos toda la noche..”

Desde entonces ella se ha dedicado a conocer más sobre el VIH/SIDA, a informar tanto a sus hijos como a otras personas. “ha sido tan lindo, una bendición de Dios, nunca he sentido discriminación de mis hijos, y eso me llena de orgullo y ternura… yo se que cuento con ellos y ellos conmigo, los amo tanto!... Vivir con VIH me hizo encontrarme con la realidad de que no había jugado tan mal mi rol de madre, realmente me siento muy orgulloso por eso…”

En la actualidad trabaja consejería con las personas afectadas directamente y con sus familias, es líder indiscutible en su país. Su testimonio lo ha compartido en muchos escenarios de diferentes países, y en todos ha dejado plasmada la huella de su fortaleza y ganas de vivir, ha demostrado que desde que conoció su seropositividad muchos horizontes desconocidos hasta el momento, eran posibles de descubrir, disfrutar… y compartir con sus tres grandes tesoros: sus hijos.

Solo para concluir quiero compartir que a ambas las conocí el mismo día, las dos me llenaron de paz interior, de nuevos anhelos, de ganas de vivir!!… para ellas este pequeño reconocimiento en honor a sus vidas y a la de sus hijos e hijas.

Autora
Marilyn Mora Salazar
Consultora

 

© 1999-2001 Babroo Producciones
Diseñada y mantenida por Jorge Angulo