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Artículos

Sección: Nicaragua
Publicado: Febrero 2005

Nicaragua: Cruz Roja, Programa Nacional de SIDA, Fondo Global, incongruencias deshumanizantes

En un comunicado que difundió la semana pasada REDCA (Red Centroamericana de Personas que Viven con VIH/SIDA) se denunció que una ambulancia de la Cruz Roja de Nicaragua se negó a transportar a Edén, una persona que vivía con VIH/SIDA (PVVS), del hospital a su casa.

Sobre el mismo caso les enviamos dos artículos de prensa publicados en el periódico “El Nuevo Diario” de Nicaragua.

El primero de ellos es del 5 de febrero de 2005, escrito por Francisco Javier Sancho, en el cual el autor narra la dramática situación que vivió la familia de Edén, la apatía de la Cruz Roja Nicaragüense, así como las incongruencias de un sistema de salud, que oculta la realidad de la epidemia con números irreales y contradictorios, como también las incongruencias en la ejecución de los recursos económicos suministrados por el Fondo Global, donde las prioridades fueron de infraestructura, compra de equipos y capacitaciones, todas estas “inversiones” cuestionadas, pues dejaron de último lo que debería ser primero; el suministro de medicamentos antirretrovirales. En este artículo también se menciona como el Ministerio de Salud “traspasó” al proyecto del Fondo Global a las únicas 20 VVS que eran tratadas por ese ministerio y de esa manera “se quitó de encima” ese gasto.

Unos días después (el 18 de febrero de 2005) el representante de la Ministra de Salud ante el CONISIDA (Comisión Nacional de SIDA de Nicaragua), DR. Enrique Alvarado, respondió reconociendo que “en el año 2003 murieron 247 pacientes y que en 2004 se duplicó” en un país donde en el 2003 sólo se le dieron antirretrovirales a 20 PVVS (a partir de julio y sólo después de que se les denunció ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos) y para finales del 2004 apenas cubrían a 60 PVVS con tratamiento antirretroviral (los 60 con dinero del Fondo Global, ninguno con recursos del Ministerio de Salud).

Lo más preocupante de la nota del Dr. Alvarado, es que en el único párrafo en que se refiere a la situación de la negación del traslado en ambulancia de la Cruz Roja para Edén, menciona que “… con el debido respeto que ofrecemos en su memoria y en su honor debemos extremar medidas preventivas principalmente como Ministerio de Salud…, evitando la propagación” con este párrafo el Dr. Alvarado o no conoce o se burla de lo que es el honor y el respeto que merece cada ser humano y la familia de una persona fallecida y justifica el proceder deshumanizado, estigmatizante y violatorio de los derechos humanos contra Edén y contra las PVVS de Nicaragua.

Manifestamos nuestra más enérgica protesta por la forma como el representante de la Sra. Ministra de Salud justifica estos hechos y llamamos la atención a la comunidad internacional, principalmente a los responsables del Programa del Fondo Global, (tanto el MCP, como a NICASALUD, Recipiente Principal, como a los encargados en Ginebra de velar por el efectivo cumplimiento de los acuerdos y la adecuada y oportuna implementación de las acciones que garanticen el suministro de medicamentos y exámenes clínicos para que se cumplan con la urgencia que se merece, si no pueden, no quieren o no tienen la sensibilización para hacerlo que renuncien, para que se puedan poner en su lugar a personas que sí le den el valor que la vida de cada ser humano merece.

Respetuosamente,

Guillermo Murillo
Agua Buena, Costa Rica

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¿Por qué murió Edén?

Francisco Javier SANCHO MÁS

La mañana del 12 de enero, el joven Edén Agustín González se encontraba a punto de morir. Estaba ingresado en el Hospital Roberto Calderón, las hemorragias que comenzó a sufrir se empezaban a llevar con la sangre su vida. Ya desahuciado por los médicos, la familia del joven expresó el último deseo: que al menos la muerte viniera en el calor de su casa, hallándolos a todos reunidos como cuando se despide a alguien que parte de viaje. Lo único que necesitaban, insisto, lo único que necesitaban era que una ambulancia les hiciera el favor de llevar a Edén a la casa donde estaría la familia dispuesta a no dejarle solo hasta el último aliento, que es lo que la vida permite. Se llamó a la Cruz Roja, y el resto de la historia fue publicada ya en los diarios para escándalo y vergüenza de algunos.

Edén era paciente de VIH. Imagino que entre unos y otros, me refiero a entre unos “profesionales” de la salud de un centro y los otros de la ambulancia intercambiaron la información de que Edén iba con hemorragias y su sangre llevaba SIDA. Sin dar pie a más explicaciones, los que ocupaban la ambulancia de la Cruz Roja se negaron en rotundo a llevar a Manuel a morir a su casa, por miedo no sabemos si a quedar infectados ellos o la ambulancia. Terrible, ¿no? Hasta aquí más o menos es lo que conocimos de la historia. Luego no se habló más y después el silencio, diluyéndolo todo con el tiempo, la vida sigue, las cosas igual y nada cambia. Lo que no se dijo fue que Edén no murió de SIDA.

Lo que tampoco se dijo fue que Edén estaba recibiendo desde hacía muy poco tratamiento antirretroviral como parte del grupo de “privilegiados” a los que el Fondo Global en Nicaragua por fin estaba comenzando a tratar. El Fondo Global, un esfuerzo interinstitucional de países donantes y países receptores, a través de una estructura internacional y nacional muy complicada busca garantizar el tratamiento de las personas viviendo con VIH que lo necesiten en los países en desarrollo, entre los que se encuentra Nicaragua. Es un plan de cinco años y ya estamos comenzando el segundo. Hasta aquí, es ideal, si no fuera porque en Nicaragua, los índices que maneja el Ministerio de Salud son tan irreales como increíbles.

Tan sólo hay que mirar las cantidades de personas viviendo con VIH a nuestro alrededor, en Centroamérica (Guatemala, en torno a 75.000; Honduras, 70.000) para comprender que la cantidad de 6.000 personas mostrada por nuestras autoridades en una Nicaragua a la que también atraviesa la carretera panamericana está lejos de ser cierta. Además, se está conociendo que hay un promedio de un paciente al día en Nicaragua que resulta ser seropositivo después de pasar los análisis del sistema público de salud, es decir, éstos sólo son los que van a hacerse las pruebas. Cuántos otros ni siquiera acuden a los centros de salud más próximos a buscar asesoramiento.

Y claro, viendo estos hechos tan tristes como el que le sucedió a Edén con la ineptitud de algunos “profesionales” de la salud que al joven le tocó padecer, se comprenderá que los pacientes de VIH alberguen el temor a ser rechazados por un sistema que no garantiza que los atenderán eficaz y humanamente. Después del caso de Edén, el Ministerio de Salud deberá realizar un esfuerzo mucho más generoso junto al Fondo Global para demostrar su voluntad real de estar cerca de los pacientes de SIDA, porque ahora mismo, con hechos como éstos, está en entredicho su propia capacidad por no hablar de su profesionalidad. Dicen que hay talleres, y capacitaciones específicas con los trabajadores de la salud sobre la atención a los pacientes de SIDA. Estas capacitaciones, ya se sabe, realizadas con presentaciones en el Power Point de moda, son parte del dinero desembolsado por el Fondo Global a Nicaragua.

Lo que no se entiende es que después de estas capacitaciones y de tantos años hablando de SIDA, todavía en Nicaragua causa miedo decir una cifra real, causa miedo hacer una campaña de prevención también en las escuelas de manera profesional, causa miedo hablar de educación sexual y hasta tratar y tocar a nuestros mismos hermanos nicaragüenses con SIDA. Ya no hay excusa para esto, como tampoco la hay para que de los millones de dólares desembolsados por el Fondo Global se gastaran primeramente en la compra de infraestructura (incluyendo data show y vehículos, imagino) antes que en el tratamiento. Esto me lo cuentan amigos que asisten al Mecanismo Coordinador de País (el grupo que en teoría regula y coordina cómo debe implementarse el Fondo Global en Nicaragua, pero cuyos miembros sufren la desorganización y desinformación por parte de unos pocos). Es decir antes de tratar a los pacientes, garantizaron toda la parafernalia que ronda en las capacitaciones. El objetivo de las mismas es preparar a los grupos profesionales que tienen contacto con pacientes de SIDA y abordarlo como un problema de todos (ya vimos en el caso de Edén, el fracaso de todo esto).

El Fondo Global busca tratar a los pacientes de SIDA, Tuberculosis y Malaria. Para ello requiere de una coordinación compleja. Nicaragua optó por solicitar tratamiento para tan sólo 120 pacientes en el primer año, sabiendo que hay muchos más que lo necesitan, y además incluyendo en esta solicitud a unos 20 pacientes que ya recibían tratamiento después de que interpusieran un recurso ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos. De este modo, el Ministerio de Salud se quitó de encima el gasto por el deber de tratarlos y los pasó al Fondo Global.

Muchos meses después, algunos, no los 120, sólo alrededor de 67, empezaron a recibir tratamiento. ¿Por qué sólo ellos? Primero por la burocracia oscura que se mueve en la gestión de los fondos que llegan; segundo porque en lugar de poseer en Nicaragua los instrumentos necesarios para hacer la prueba de Carga Viral, se mandan los exámenes a Guatemala dilatándose en algunos casos hasta 2 ó 3 meses (a esta infraestructura no se le dio prioridad); y tercero, porque el medicamento que se compra para los que lo necesitan es de marca y bajo patente, es decir a un precio muchísimo más caro del que otros países lo están comprando con igual calidad, sólo que eligiendo para ello a los genéricos. Por diferentes motivos, no se hizo el esfuerzo necesario para adquirir medicamentos más baratos y por supuesto esto vendrá a dificultar aún más que en Nicaragua se pueda garantizar tratamiento a las personas que lo necesitan.

Si se hubiera gestionado mejor, Edén podría haber recibido el tratamiento mucho antes de lo que lo empezó a recibir. Si se hubiera gestionado mejor, por ejemplo, otro joven de Chinandega que murió recientemente podría haber recibido el tratamiento a tiempo y no tendría que haber venido a Managua con la carga de la debilidad de su cuerpo, simplemente porque no querían descentralizar el sistema. No hay derecho a que se estén muriendo tantas personas por falta de diligencia, de profesionalidad, de voluntad y por último de humanidad.

Edén por fin, según creo, pudo morir en su casa pues otro vehículo lo acabó llevando, un vehículo que no era una ambulancia. Pero lo que lo mató no fue el SIDA. Edén murió porque el tratamiento que empezó a recibir ya llegaba tarde para el estado en el que se encontraba. No ha sido el único desde entonces. Si el Fondo Global no se hace más transparente, integrador y eficaz, estará llegando siempre tarde. Como el mismo Ministerio de Salud sabe muy bien, nunca sabremos cuántas personas viviendo con VIH hay en Nicaragua, porque la muerte nos altera los números constantemente, es decir que no nos deja contar, y siempre tenemos que empezar desde el principio. ¡APÚRENSE por favor!, si muere más gente, será por culpa de otras cosas y de otras personas, pero no por culpa del SIDA. Y entonces, quién responderá por ellos

Francisco Javier Sancho Más

franciscosancho@hotmail.com

Publicado en el Nuevo Diario del 5 feb 05, pag de Opinion

http://www.elnuevodiario.com.ni/archivo/2005/febrero/05-febrero-2005/opinion/opinion-20050205-04.html

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Más sobre el Sida

Dr. Enrique Alvarado A.

Sirve el artículo de Francisco Sancho Más, en EL NUEVO DIARIO, no por abrir o despertar polémica, sino porque invita a la reflexión a los que tenemos cierto grado de responsabilidad y que sirva de educación a la población, con el objeto de que este mal de salud pública, que se ensaña tan agresivamente sobre el ser humano, no avance en nuestro querido país.

Se debe dar a conocer que la vía de entrada es por contacto directo de una herida infringida al cuerpo humano, con la sangre del infectado o bien por contagio sexual entre parejas, (Hombre-Mujer, vía semen). Hombre-hombre u hombre-mujer (vía rectal), causando el desgarro y sangrado o el semen infectante. De una vez, debemos romper el estigma, no se percibe por saliva o beso o utensilios de cocina, ropa o contacto físico o platicando o en el inodoro. En esa forma, con prácticas de misericordia, compasión y aceptación, destruimos la discriminación.

Ante el penoso caso de Edén con el debido respeto que ofrecemos en su memoria y en su honor debemos extremar medidas preventivas principalmente como Ministerio de Salud, ONG, Instituciones Estatales, Sindicatos, PDDHH, Iglesia Católica, Evangélica, evitando la propagación.

Ponemos a la consideración que a pesar del presupuesto reducido del Minsa, se inició en julio del 2003, compra de medicamentos antirretrovirales, que fueron reforzados con donación traída de Panamá, se logró responder, hasta que en junio del 2004, comenzó el Fondo Mundial a suministrarlo. Según parámetros establecidos, sólo el 15% de la población afectada lo requiere. Actualmente Holanda está apoyando y dirige la ayuda en la descentralización de los medicamentos a los Silais, previo entrenamiento de los recursos, para que de Managua sea dirigido.

Aclaramos que la calidad de los medicamentos, está garantizada a través de OPS, mayormente genéricos, salvo 2 medicamentos de marca. Cuando se habla de número de pacientes irreales o increíbles, no hay discusión, dado que en ningún país del mundo atacado, poseen cifras totales, hay subregistro y esto tiene disponibilidad en cualquier sitio Web Universal. Si es cierto que en 2003 aparecía un caso nuevo cada 3 o 4 días, en 2004 se reportó un caso diario. En el 2003 murieron 247 pacientes y en 2004 se duplicó. He ahí no la alarma, sino la preocupación y más aún, la feminización y de éstas en amas de casa mayor que en trabajadoras sexuales.

La respuesta como afectados, tiene varios estadios. En Edén no la hubo a los 3 meses de tratamiento, los mismos de captado en el Hospital Roberto Calderón, donde llegó al estadio final de la enfermedad. Hay intermedios, que llegan a sobrevida de más de 16 años (algunos casos conocidos), los menos dañados, con carga viral baja o con mecanismos de protección interna, sobreviven más.

Nos referimos a carga viral, que es un examen con técnica moderna, a nivel mundial. En nuestro laboratorio Centro Nacional de Diagnóstico y Referencia (GNDR), se ésta reconstruyendo el local físico, adecuándolo con medidas de Bioseguridad estricta, (dado que se trabajará con Virus del Sida). En dos meses estará funcionando el equipo financiado por Fondo Mundial, incluyendo entrenamiento y capacitación del personal, para adquirir destreza y dominio, dado la complejidad en el manejo y diagnóstico. Solo así podremos dejar de recurrir a éste delicado y determinante examen fuera del país y que se captará mayor número de pacientes que ameritarán y requerirán tratamiento. Con cooperación de países bajos, se aprobó la construcción de cuartos para hospitalizar hombres y mujeres en el mismo Hospital. Con ayuda de Horizonte 3000, se está obteniendo citómetro de flujo para examen de CD4.

Tratando de contribuir, aclarando ciertos conceptos vertidos por el Sr. Sancho Más, que no afectan en absoluto nuestra lucha por detener el Sida en Nicaragua, sino que más bien enriquecen y demuestra el interés que la sociedad civil está poniendo y da gusto que se preocupó, indagó, estudió y aportó finalmente con un excelente trabajo, que nos motivó a contestar como se debe, con la verdad y nos induce a revisar la calidad de la atención a este grupo de población.

Dr. Enrique Alvarado A.

*Represente Coordinador de la Sra. Ministra de Salud ante Conisida, Secretario General

Publicado en el Nuevo Diario del 18 feb 2005 pag. Opinión.

http://www.elnuevodiario.com.ni/archivo/2005/febrero/18-febrero-2005/opinion/opinion-20050218-05.html

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