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Artículos

Sección: Regional
Publicado: 1998

El Sida Y Centroamérica, Un Coctel Mortal

(Discurso de Guillermo Murillo, presentado en La Conferencia de ARCEGAL, (Asociación Regional Centroamericano de Gays Y Lesbianas) 25 de Noviembre, l998 en San José. e-mail: memopvs@sol.racsa.co.cr)

Con una población de más de 30 millones de personas, con una situación económica muy difícil para la mayoría de sus habitantes, con un sistema de seguridad social que no da respuestas a las múltiples necesidades de sus ciudadanos y ciudadanas, con antagonismos de poder entre la Iglesia, el Gobierno.

Los militares, los detentadores del poder económico, y las multinacionales, Centroamérica se enfrenta a la problemática del SIDA.

En Centroamérica hemos comenzado a estimular la creación de grupos que estudien a lo interior de cada país la posibilidad de realizar diferentes acciones para obligar a sus gobiernos a dar estos medicamentos. Es una lucha muy larga, a veces desesperanzadora, principalmente porque en la mayoría de los países centroamericanos las condiciones generales de salud son totalmente deficientes y en el caso del SIDA estos sistemas no quieren asumir la responsabilidad de atenderlo. En estos países la mayoría de la población que vive con VIH/SIDA no tiene acceso a la atención médica mínima, ni siquiera antibióticos para algunas enfermedades oportunistas, mucho menos pensar en obtener los antirretrovirales.

A pesar de ello, en cada uno de nuestros países hemos tratado de dar soluciones a los problemas que nos plantea el SIDA:

Los logros que hemos alcanzado en Costa Rica, se deben entre otras cosas, a la denuncia pública y legal que hemos presentado. Nadie puede vanagloriarse de haber logrado un cambio por sí mismo, todo el cambio se ha logrado gracias al esfuerzo y coraje de muchas personas y organizaciones, es importante reconocer el grano de arena que todos y todas hemos puesto en esta lucha. En 1996, después de la conferencia de Vancouver, comenzamos a dialogar con las autoridades de salud, gerentes de compañías farmacéuticas y grupos de Derechos Humanos.

Las palmaditas y besitos que recibimos en estas reuniones, no sirvieron para conseguir los antirretrovirales. En más de un año de conversaciones murieron muchos compañeros y compañeras y este hecho nos obligó a cambiar de estrategia. Estábamos enfrentando el fantasma de la muerte y la desesperación. El cansancio y el desengaño de tantas promesas no cumplidas hacían mella en nuestro grupo, así fue como decidimos, después de mucho discutir, presentar nuestro caso en instancias judiciales y ganar el derecho a los antirretrovirales. De esta experiencia hemos logrado sacar algunas conclusiones que quisiera compartir con ustedes:

¨ Aunque se debe comenzar un diálogo con las autoridades de salud, autoridades políticas, organizaciones no gubernamentales y organizaciones de Derechos Humanos, a fin de convencerlas de la necesidad de mejorar nuestra atención integral, las PVS no debemos confiar en que estas personas o grupos van a hacer los cambios, somos nosotros y nosotras quienes debemos emprender las acciones de presión para lograr que la igualdad de derechos sea una realidad.

¨ También aprendimos a desconfiar de las cifras oficiales y a infiltrarnos en sus oficinas para investigar los datos reales, tales como presupuestos del seguro social, costo de la atención médica, relación costo-beneficio de las triterapias y otras terapías, cantidad real de personas que viven con VIH/SIDA,ect.

¨ Por Ejemplo, en Costa Rica nuestras autoridades médicas insistían que si se daban estos medicamentos colapsaría el sistema de seguro social. Hoy se están dando más de 400 triterapias y a pesar de ello, el sistema continúa prestando servicios a todos y todas las costarricenses. El problema no es presupuestario, es un problema de readecuación de presupuesto y de bajar los gastos burocráticos de estas instituciones.

¨ A tener paciencia, pero también a ser constantes. En SIDA el tiempo es nuestro peor enemigo, pero también debemos aprender que los cambios que queremos no se darán de la noche a la mañana. A veces las metas parecen inalcanzables y los obstáculos son muchos, pero debemos perseverar y no perder la esperanza de que con nuestro accionar se están produciendo cambios, que más temprano que tarde, nos permitirán alcanzar nuestras metas.

¨ La comunidad en general y la comunidad gay en específico son excelentes recursos que debemos aprender a involucrar en nuestra lucha. Las constantes denuncias que hicimos por los medios de comunicación, las mesas redondas en las que participamos y otros formas de informar a la comunidad, hicieron presión para generar los cambios.

¨ Aprendimos a hacer alianzas. El SIDA no es exclusivamente un problema gay, es un problema social general y por lo tanto los diferentes grupos afectados también deben participar de la lucha. Incluso logramos que el grupo de hemofílicos, que fueron muy golpeados por la transmisión por transfusiones, dejara de lado el sentirse víctimas inocentes y se incorporara en el trabajo conjunto por los derechos de todas las PVS.

¨ Otro elemento que entró en el juego y que era indispensable, fue el de la información que debíamos recibir. Nos dimos cuenta de que debíamos saber más sobre el SIDA, no pretendíamos ser expertos, pero sí saber más sobre lo que pasaba en nuestros cuerpos.

. Así fue como nos convertimos en profesionales empíricos en leyes, medicina, sicología, periodismo y los resultados de este aprendizaje fue un mayor involucramiento en todos los procesos paralelos que se gestaban. En Costa Rica, después del logro de los antirretrovirales, nos hemos dormido en el sueño de los justos, creímos que así terminaba nuestra lucha y sin embargo hoy nos encontramos ante la terrible situación de saber que hay desabastecimiento en las zonas rurales, cárceles y otros grupos sociales. Esto debe servir para que continuemos en nuestra lucha. El derecho a defender nuestras vidas continúa.

En Centroamérica, los estragos del huracán Mitch, barrieron toda esperanza para miles de compañeros y compañeras que viven con VIH/SIDA. Después de luchar por mejorar sus condiciones de vida, en sólo unas pocas horas se han borrado los logros que con tanto esfuerzo habían alcanzado.

La ayuda internacional que llegará a estos países será para las necesidades más urgentes y el SIDA no es prioritario para nuestros gobernantes, por lo que es de suponer que su abandono será total. Debemos hacer un pedido a la comunidad nacional e internacional para que se atienda la delicada situación de los y las afectadas por el huracán Mitch y que viven con VIH/SIDA.

Realmente es muy difícil para las personas centroamericanas que viven con VIH/SIDA formar organizaciones fuertes, en parte porque después de que los síntomas de alguna enfermedad aparecen, las personas se deben preocupar por sobrevivir, pero también por mantener su secreto ante una sociedad que los eliminaría antes que el mismo virus.

En casi todo Centroamérica son las ONGs quienes dan asistencia médica a las PVVIH, sin tener para ello presupuestos, equipo o personal suficiente para dar abasto con la demanda.

Es así como encontramos situaciones deshumanizantes en varios de estos países: En Nicaragua el seguro social no da asistencia médica a las personas que viven con VIH/SIDA, no se realizan exámenes de conteo de linfocitos CD4, no hay medicamentos antirretrovirales y la mayor parte del tiempo ni siquiera medicamentos para enfermedades oportunistas.

Los grupos de PVS son muy escasos, sin embargo es de destacar el grupo de personas que viven con VIH/SIDA en Xochiquetzal.

En Panamá se cobra para la realización de los exámenes de detección de anticuerpos. PROBIDSIDA ha estado tratando de lograr el acceso a medicamentos antirretrovirales por parte del Seguro Social y muy pronto llevarán el caso ante la Sala Constitucional.

En El Salvador, tampoco hay acceso a antirretrovirales, conteo de CD4, medicamentos para enfermedades oportunistas. FUNDESIDA atiende a la mayoría de personas que no tienen seguro social y da atención integral a un grupo cada vez mayor de personas que tienen otros recursos.

También está el grupo ATLACAT, liderado por Odir Miranda. Este grupo está formado por personas que son atendidas por el seguro social y en este momento están analizando la posibilidad de presentar un recurso de amparo. Odir Miranda, tuvo la oportunidad de comparecer ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para exponer ahí las violaciones de derechos humanos a las que son sometidas las PVS de El Salvador, esto gracias a las gestiones de CEJIL.

Honduras tiene el 17% de la población total de Centroamérica, pero tiene el 50% de los casos registrados de SIDA de esta región. Las PVS no tienen acceso a antirretrovirales y las ONGs que trabajan en SIDA, no tienen capacidad para atender tanta demanda.

En Guatemala, AGCPS y otras organizaciones dan atención médica a las personas que viven con VIH/SIDA, también debe recurrir a ayuda humanitaria internacional para poder atender la creciente demanda. OASIS, ha apoyado la formación del grupo de PVS, Gente Positiva.

Desafortunadamente las personas se sienten inhibidas para cuestionar a las autoridades, la atención médica o los servicios que reciben. La mayoría de las personas que viven con VIH/SIDA en esta región, no han superado los obstáculos internos o procesos psicológicos y no asisten a grupos de apoyo o reuniones de organizaciones.

En todos estos países, a excepción de Costa Rica, la mitad o más de su población no tiene seguro social y se ve obligada a recurrir a la asistencia del ministerio de salud, donde los recursos que se destinan son ridículos.

Además los recursos que se destinan a los cuerpos militares son gigantescos y esto dificulta que los servicios de salud puedan ser dados de mejorados. He citado solo algunos ejemplos de lo que pasa en estos países, pero en el trabajo de estos días, espero que se pueda profundizar más, buscar soluciones a estos problemas y denunciar las agresiones que se dan. A nivel internacional, las agencias como ONUSIDA no tienen ningún plan práctico que le permita a las naciones más pobres tener la oportunidad de dar mejores servicios médicos y mucho menos dar estos medicamentos antirretrovirales. 

El funcionamiento de ONUSIDA en la región centroamericana ha sido totalmente invisible e ineficiente en los últimos años. El dinero que gasta ONUSIDA en sus programas es un dinero con el cual se pudo haber usado para buscar soluciones reales a los problemas de abastecimiento de medicamentos en muchos de estos países o para realizar estudios con los cuales demostrarles a nuestros gobernantes las ventajas de dar estos medicamentos, tanto para reducir la tasa de mortalidad, como el número de hospitalizaciones.

 

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